Muchas madres identifican la situación de violencia machista en la pareja por primera vez en el momento en el que se quedan embarazadas
Quiero decirte que él nunca llegó a pegarme. Esta es una frase que he escuchado muchas veces -demasiadas- en consulta, después de que juntas pongamos nombre a actitudes, palabras y dinámicas maltratantes que se dieron en la relación de pareja en el momento del embarazo y el posparto.
Muchas madres identifican la situación de violencia machista en la pareja por primera vez en el momento en el que se quedan embarazadas, y a menudo relatan cómo esta va a más durante el postparto y la crianza. Normalmente, esto no significa que de repente aparezca, si no que se magnifica en esa etapa.
El embarazo es un momento en que la pareja, como sistema, debe hacer cambios profundos en su funcionamiento para dar paso a un nuevo miembro. Se crea un nuevo sistema, un nuevo equipo, el equipo de padres. Un equipo en el que las prioridades, las dinámicas relacionales deberán cambiar obligatoriamente. La llegada del bebé pone patas arriba la pareja, pues pone en jaque todo aquello en lo que se basaba la relación.
Por otro lado, las diferencias en cuanto a proceso son obvias, y no son pocas las ocasiones en las que los hombres se sienten desorientados en cuanto a que rol asumir durante esa etapa. La llegada del bebé puede suponer para mi como hombre una amenaza en cuanto a mi lugar a nivel afectivo. Perderé la atención de mi pareja, las necesidades del bebé pasarán por delante de las mías.
Ser socializado como hombre o como mujer va a influir mucho en cómo nos comportemos con la pareja, y en posterioridad en cómo construyamos nuestra maternidad y paternidad.
Perder de vista este aspecto puede llevarnos a reproducir actitudes machistas y vernos implicados en dinámicas profundamente dañinas.
La violencia psicológica en la pareja parte de la premisa tácita de que tu, como pareja, estás aquí para mi, que debo ser el centro de tus prioridades. Mis emociones son responsabilidad tuya y tu deber será complacer mis necesidades en primer lugar.
El embarazo es el momento en el que el bebé pasa a ocupar ese lugar, y por tanto, supone uno de los momentos más vulnerables para las mujeres en una relación violenta.
Algunas formas que toma la violencia machista durante la etapa del posparto y la crianza son:
- Manipulación emocional: responsabilizarte a ti de que el bebé lo rechace, culparte de tus decisiones, inducir a la duda constante. Cuestionarte constantemente o verbalizarte directamente que no lo estás haciendo bien.
- Luz de gas: pese a ser un tipo de manipulación emocional, tiene unas características propias y suele ser propio de relaciones de violencia cuando la mujer intenta poner límites. Hacerte sentir que estás loca, que eres tú quién ocasiona las discusiones y los estallidos de violencia.
- No responsabilizarse de su propio hijo: dar por hecho que el bebé es responsabilidad tuya.
- Chantaje emocional: culparte por dedicarle demasiado tiempo al bebé y poco a él, llegando a responsabilizarte de que la pareja vaya mal. Ley del hielo: retirarte la palabra para castigarte. Ignorarte o retirarte el afecto.
- Violencia sexual: Violentarte con palabras, gestos o silencios si no quieres mantener relaciones sexuales, o verte forzada a ello porque es tu obligación.
- Humillación y/o trato vejatorio: Ridiculizarte o humillarte. Trato despectivo.
- Violencia ambiental: golpea la puerta, la pared o tira objetos de forma violenta mientras discutís. El objetivo de esta acción, se haga de forma más o menos consciente, es hacerte sentir miedo.
- Amenazas: amenazas veladas o explícitas sobre acabar con la relación y quitarte la custodia de tu bebé, con todo lo que conlleva.
- Violencia vicaria: utilizar al bebé y/o proferir cualquier tipo de daño para dañarte a ti. Conducir de forma temeraria con tu bebé dentro. Cogerlo de forma violenta, agitarlo o tirarlo a la cuna con fuerza. Impedirte que lo cojas para consolarlo.
- Violencia vicaria a través del régimen de visitas: Intento de dañar el vínculo materno. Negarse a pasar la pensión, no firmar la autorización para la guardería con el fin que sigas cuidando tu de él. No autorizar intervenciones médicas. No atender las necesidades de la criatura. No llevarle al médico, tener una crianza negligente e irresponsable (no alimentarlo como es debido, poner en riesgo su salud). Asustarte con no devolverlo. Volver tarde para asustarte.
Identificar estas situaciones puede resultarnos difícil, especialmente porque suele tratarse de una dinámica relacional donde también tienen cabida momentos de bienestar y cuidado, y los estallidos aparecen de forma intermitente.
Recuerda que la violencia machista en la pareja no se trata de un episodio, un momento, un día que se fue de las manos. La violencia forma parte de la dinámica relacional de la pareja y ésta suele funcionar de forma cíclica, en la que principalmente aparecen emociones como el miedo, la confusión o la culpa.
Miedo a que tu pareja te haga daño, a ti o a tu bebé, tanto física como emocional, miedo a que haya consecuencias peores. Sensación de que no sabes cuando va a haber un estallido.
Los bebés y las madres necesitan calma, apoyo y seguridad para salir adelante.
Si algo de esto te ha resonado, háblalo con tu amiga, hermana, madre. No dudes de tu criterio. Puedes pedir ayuda a tu red personal y también tienes derecho a recibir ayuda profesional.
Vivir en una relación violenta puede vivirse al principio como una sensación de descontrol y angustia constante, en la que no puedes anticipar cuándo va a pasar algo y te hace vivir en un estado de hiperalerta y de miedo.
Cualquiera que sea esa sensación, no mereces recibir violencia. Tienes derecho a vivir tu maternidad tranquila, sin miedo y a recibir el amor y la comprensión de tu pareja.
Os dejamos a continuación teléfonos de interés por si estás sufriendo violencia machista:
Institut Català de les Dones (Catalunya) – Línia d’atenció contra la violència masclista – 900 900 120 –
Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género (España) – 016
Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género (España) – whatsapp – 600 000 016
Y si nos sigues y quieres atención psicológica especializada también puedes contactarnos en NUA clinic.
Patricia Cuairan
Psicóloga especializada en violencias y en psicología infanto-juvenil.