Hay mujeres que tardan días y otras que necesitan años para sentirlo de nuevo

El deseo sexual se define como las ganas, el interés, la motivación, etc. que mueven a la persona a buscar experiencias sexuales, de forma individual o en pareja.

En el momento de la maternidad, el deseo sexual es uno de los aspectos de nuestra sexualidad que puede verse afectado con más facilidad.

Nuestro deseo sexual puede verse influenciado por diversos factores como: las hormonas, la atracción, las preocupaciones del día a día, las experiencias anteriores, entre otros.

Uno de los factores que afecta muy directamente a la falta de deseo sexual es la presencia de dolor durante las relaciones sexuales. 

Durante el posparto y la lactancia materna, nos encontramos que muchas mujeres describen una bajada importante de su deseo sexual. Suele ser una situación habitual y que mejora con el tiempo. 

Los motivos más habituales que nos explican esta bajada del deseo sexual en el posparto y durante el período de lactancia pueden ser, entre otros:

  • Factores hormonales: durante la lactancia los niveles de prolactina están elevados, y a la vez disminuyen los niveles de estrógenos. Eso se traduce en sentirnos poco predispuestas a tener relaciones sexuales. Nuestro cerebro entiende que si estamos amamantando, ahora “no toca” aumentar la familia, sino que lo que es prioritario es la supervivencia de nuestra cría.
  • Cansancio: Durante el posparto y el puerperio es habitual que vayamos cansadas. Para muchas personas no hay diferencia entre el día y la noche, pocas horas de sueño, seguir el ritmo del día a día, etc… no favorecen un deseo sexual muy activo.
  • Episiotomía o cesárea: Curar las cicatrices, más el dolor físico y emocional que pueden acompañarlas, a menudo también afectan al deseo sexual.
  • Lubricación: la sequedad vaginal propia de esta etapa, viene influenciada por aspectos hormonales. Es importante hidratar bien la zona y utilizar lubricante si se quiere estimular los genitales o se quiere practicar la penetración. Tu comadrona puede indicarte que hidratante y lubricante usar.
  • Dolor: si hay dolor (dolor no deseado), no hay placer, y por lo tanto puede verse afectado nuestro deseo sexual (si duele, no apetece).
    Las episiotomías, los desgarros, las cesáreas… pueden dejar como secuela el dolor, afectando directamente nuestra vida sexual. Es importante revisarlo y tratarlo. La comadrona y una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico pueden ayudarte.
  • Cambios físicos: el embarazo y el parto dejan cambios físicos en nuestro cuerpo: cicatrices, flacidez, aumento de peso, estrías, hinchazón, suelo pélvico debilitado… que pueden hacer que no nos sintamos sexualmente deseables. Puede resultarnos difícil mirarnos, reconocernos y que nuestra pareja nos mire o nos toque. Todo cambio físico, tiene un efecto emocional, por lo tanto podemos entender que para muchas mujeres éste puede ser un factor que afecte a su deseo sexual.
  • Autoestima: podríamos definirla como el aprecio y la consideración que una tiene sobre sí misma. Lo que pienso y siento sobre mi. Si tenemos un autoconcepto, una autoimagen, pensamientos y juicios hacia nosotras mismas negativos, puede resultar evidente que el deseo sexual se verá afectado.
  • Incontinencia: después del parto algunas mujeres sufren de incontinencia urinaria, fecal o de gases. El miedo y la ansiedad que puede provocar la incontinencia, puede generar vergüenza e inseguridad personal en la mujer y también durante las relaciones sexuales, afectando su deseo sexual. Este es un tema que se vive en muchas ocasiones en silencio, y es importante comentarlo con tu comadrona y con una especialista en fisioterapia de suelo pélvico para valorar el nivel de afectación y el tratamiento adecuado a tu caso. 
  • Dificultades en la relación de pareja: Con la entrada de un nuevo miembro en la familia, los roles, las dinámicas, las rutinas… que había antes del bebé, deben adaptarse, y esto a menudo es un elemento que puede generar muchas dificultades que pueden hacernos sentir lejos de nuestra pareja. Hay mujeres que verbalizan sentir rechazo hacia sus parejas, y es importante saber que esto puede ocurrir, pero también es básico no normalizar, es decir, detectar que hay rechazo puede darnos la oportunidad de poder valorar el estado de la pareja, ver si hay que cambiar cosas y ver si hay que mejorar dinámicas. Lo que pone de manifiesto el rechazo es que uno de los dos miembros no está a gusto con algo de la relación. 

¿Cuándo volverá mi deseo sexual?

Esta es una de las preguntas que nos hacemos cuando acabamos de tener a nuestro bebé y no sentimos deseo sexual y la respuesta no es muy concreta. Hay mujeres que tardan días y otras que necesitan años para sentirlo de nuevo. 

Algunos aspectos que pueden ayudaros son:

  • Establecer una buena comunicación con la pareja, ya que, puede facilitar mucho esta nueva etapa de vuestra vida. 
  • Recordar que la sexualidad es muy amplia, que va más allá del coito y la penetración. Las caricias, los abrazos, los juegos, los mimos, los detalles, reír juntos/as, sentiros equipo, respetar los tiempos… puede activar el deseo sexual, pero si no lo activa, no pasa nada, no os presionéis, hablad, la comunicación en estos momentos es MUY importante.
  • Mantener la intimidad.

Te animamos a que si hay algún factor físico y/o psicológico que esté afectando a tu sexualidad, pidas ayuda especializada. A menudo pensamos que se resolverá con el paso del tiempo o por arte de magia, pero hay aspectos que es necesario reparar antes de forma consciente.

La sexualidad forma parte de nuestra vida y si la vida tiene cambios, lo lógico y normal es que la sexualidad también los tenga. 

Mariona Busto
Psicología perinatal – Sexualidad – Maternidad – Pareja

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