Hace tiempo que no os recordamos cosas y hoy después de unas semanas intensas de mucho trabajo, nuevas incorporaciones, etc… os queremos recordar que… No, no les acostumbramos a estar en brazos.
Lo que necesita una/un bebé después de nacer son brazos, es cuerpo, es piel… y nos pasamos parte de los primeros días/semanas/meses/años escuchando eso de “ui tantos brazos, lo vas/váis a (mal) acostumbrar”, y no, ya nació para estar acostumbrado a ello, acostumbrado para sentir seguridad, calma, confort, para regularse, para alimentarse y para mil cosas más. Quizás a lo que socialmente queremos acostumbrarles es a las cunas, los carritos, las hamacas y las superficies sin latido, calor, olor y caricias, y aparece el conocidísimo síndrome del carrito con pinchos, el colchón de fuego y la hamaquita torturadora.
Nunca, o pocas veces, alguien nos dice “ui tanta hamaca, al final se acostumbrará…”, ¿verdad?
Recordad, cuando os sintáis cuestionadas o juzgadas por dormirles en brazos, por portearles, por cargarles a peso,… que las personas como especie nacemos para estar en brazos y, en todo caso, por diferentes cosas nos acostumbramos a estar en superficies, pero nuestra base son los brazos.
¿Te lo habíais planteado? ¿Te lo han dicho alguna vez? ¿Cuántas con cunas de pinchos en la sala?
Helena Angel
Psicóloga, especializada en Psicología Perinatal,
Sexología Clínica y Terapia de Pareja