El embarazo y el parto son dos de los factores de riesgo más importantes en las lesiones de suelo pélvico. La distensión y comprensión a la que se somete la zona en un parto vaginal es tan grande que puede provocar un sobreestiramiento de todas las fibras musculares y estructuras nerviosas.

Esto produce un debilitamiento de esta musculatura que puede provocar una serie de problemas, a corto o largo plazo, que por sí solos no se recuperan: pérdidas de orina, descenso de órganos pélvicos, dolor en las relaciones sexuales, escape de gases…

La Fisioterapia de suelo pélvico permite prevenir, evaluar y tratar este tipo de  disfunciones.